sábado, 25 de julio de 2015

La vacaciones están sobrevaloradas

     Buenas!!! ya estamos de regreso de las tan ansiadas vacaciones, esos días en los que una sueña con desconexión, ratos de complicidad con el amado esposo, niños sonrientes y con cara de ilusión todo el día...unos días de ensueño que tienen como finalidad recargar pilas para el regreso a la rutina.
     Bueno, pues he descubierto que la realidad es otra muy diferente, jajajaja....no sé por qué pero este año tenía la sensación de que al ser un viaje a Tenerife (tampoco hemos ido a recorrer media Asia) y coger un avión, sería como en los viejos tiempos...pero no...ha sido un pelín diferente....


     En muchos sitios te hablan de consejos para viajar con niños, maletas, botiquin, juguetes para entretenerlos...todo parece ideal, muy fácil, está chupado!!!claro.....siempre y cuando el niño colabore, pero qué pasa cuando esto no es así?? A veces lo que leemos en internet parece que tiene más en cuenta los factores externos que los internos que pueda sufrir el niño en sí, parecen consejos para niños que no se mueven, que hacen caso a la primera, que no quieren explorar en un aeropuerto...
     Como alguno supongo que sabrá tengo una niña de 4 años y un niño de 17 meses. No somos de llevar mucho equipage  y menos cuando hay que tirar de un carrito, así que el 15 de este mes cogimos a los niños, un par de maletas y el carrito para el aeropuerto de Sevilla a las 6 de la tarde, más o menos habría unos 50 grados al sol. 
     La verdad que mi hija se portó bastante bien, encontró otra niña en el asiento de atrás y se llevaron todo el viaje rajando...otra cosa es el niño, que además de que se entretiene poco, no para quieto ni un segundo, los minutos de despegue y aterrizaje se hicieron eternos, ese niño atado por la cintura encima mío, en  un espacio tan reducido, vamos que me faltaban brazos para sujetarlo!!, durante el viaje, lo bueno es que le cedí mi asiento para que estuviera de pie, y es que desde que ha aprendido a andar como es normal no quiere brazos, ni muñecos, con lo cual, primer baño de realidad cuando descubrí que los niños no se dormían en el avión.
     Llegamos por la tarde tarde, y nos llevaban en un minibus hasta el hotel...La niña a los 5 minutos soltando...."tengo ganas de vomitar!, yo con el niño en brazos en otro asiento, mi marido revoleando la mochila buscando una bolsa y el resto de pasajeros mirándonos absortos el numerito que estábamos montando...pero ....ohhh, falsa alarma!!! 
     Cuando vas a un hotel que te recomiendan por su animación para los niños y familias en general, lo primero que esperas al día siguiente en la piscina es a una monitora simpatiquísima acercándose a tí y casi convenciendote (como si fuese necesario) de que dejes a tu hija participar de actividades infantiles....bueno pues ahí estaba yo, con la niña de la mano a las 10 de la mañana buscando a la monitora, esa niña que dice que no quiere irse, que la convenzo por fín, que la actividad era pintarle la cara y a las 11 ya estaba la niña con una corona de princesa pintada en la frente diciéndome "mami bañate conmigo"!!
     No haré un resumen detallado del resto de días porque era como el día de la marmota. Así durante 6 días, porque entre medio decidimos ir al Loro Park, donde descubrimos que también trabaja la monitora del hotel, donde lo único que recuerdo en mi mente es una especie de eco que dice: "cómprame, cómprame, cómprame...cómprame un loro, cómprame una orca, cómprame una tortuga". 
     De vuelta al aeropuerto tampoco fue una sorpresa que la niña terminara vomitando en el bus, pero ya íbamos preparados con la bolsa, el vuelo sin problemas, la niña tranquila, el niño pateándome todo el camino... y aquí ya en casa es donde me doy cuenta que a veces los padres solo vemos conductas en nuestros hijos sin preguntarnos el por qué. 
    No me quejo, hemos estado juntos, nos hemos reído hasta en los momentos en los que nos han entrado ganas de volver a nado. 
    Mi  hija ha disfrutado, mi hijo se ha portado súper bien, y mi marido y yo, hemos hecho piña ante caprichos y rabietas. Los quiero, son lo mejor que me ha pasado en mi vida y ha sido una semana experimental (1ª vez los 4 en avión) genial!!!


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